Blanco roto

Estamos amontonados por aquí,
en el escondite que es igual en todas partes,
repetido tantas veces en el tiempo,
convencidos de haber descubierto
la Gran Puerta Secreta Reservada Únicamente
A Los Chicos Con Talento.
Celebrándonos extasiados,
tocándonos siempre que podemos,
hablando por los codos mal de otros,
perdiendo la medida
entre lo grandioso y el exceso.
Hemos tapiado las ventanas
para concentrarnos sólo en lo de dentro:
nuestros cuerpos perfectos,
nuestras ocurrencias,
nuestra piel sofisticada,
nuestros milimetrados gestos.
Hablamos con acentos de otros sitios
y ponemos caras de sorpresa.
Nos han pasado cosas increíbles
por haber sabido elegir con cabeza
el lugar, la compañía y el momento.
Hemos negociado punto a punto
el perdón del dios en que creemos:
estamos limpios y estamos dispuestos.
El sistema no tiene secretos.
Somos poderosos, tenemos talismanes.
Creemos en nosotros,
en el orden,
en los cosas bien hechas
y en las Elecciones Generales.
Aquí reside lo brillante.
Salimos en televisión de vez en cuando
y detestamos nuestras voces nasales:
todo el mundo se odia al escucharse.
Repasamos los logros familiares.
Hemos aprendido de pequeños
a agarrar bien fuerte el volante.
Nos reproducimos fácilmente.
Quién sabe si esta noche.
Nos queremos.